Descubre la lámpara más bonita y saludable para sus ojos
Uno de los problemas que más nos preocupan hoy en día es la enorme cantidad de luz azul que las infinitas pantallas que miramos en nuestro día a día hacen llegar a nuestros ojos. No, no existe una solución definitiva, pero con Lampnetic tenemos un buen aliado (que además de un toque de estilo) en la mesita de noche. ¿Quieres saber por qué? ¡Te lo contamos todo!
Ojo con la luz azul
La llamada “luz azul” es la luz que emiten las pantallas. ¿En qué se diferencia de la luz del Sol? En que la miramos directamente. Vale, no es como si mirases un foco directamente, pero con el tiempo tus ojos empiezan a cansarse (literalmente) de tanta luz. Si alguna vez has empezado a ver un poco borroso después de un día de mucho mirar pantallas, esa luz es la culpable. También puede ser que notes los ojos más secos o que te empiecen a picar.
Hay formas de evitar esto, claro. Pero, por lo general pasan por unas gafas con este filtro. Si ya llevas gafas para ver, no hay problema. Pero si no te hacen falta puede ser un auténtico incordio andar con las gafas de un lado a otro. ¿La solución? Mirar menos pantallas, claro. Sin embargo, y como sabemos que eso no siempre es posible, te damos una alternativa.
Lampnetic, la lámpara “mágica”
Y uso comillas porque de mágica tiene poco, hasta que la pruebas claro. No solo da una luz súper agradable para leer o tener de fondo, que también. Si no que es una ayuda increíble para tus ojos. ¿Por qué? Porque su luz contrarresta (en gran medida) la luz azul de otros dispositivos. ¿Qué significa esto? Que podrás pasarte 10 horas mirando el móvil en vez de 6. No, es broma, no queremos eso.
Pero sí que las horas que tengas que pasar delante de una pantalla afectarán menos a tus ojos. Lo que, en el largo plazo, puede evitar que tus ojos empiecen a fallarte con los años. No es una garantía, pero menos da una piedra, claro.
Imanes y 55.000 horas de luz
De eso va Lampnetic precisamente, del largo plazo. ¿Por qué? Porque las luces LED que incluye la lámpara van a durarte toda la vida. O bueno, casi. Porque 55.000 horas de luz son muchas horas. 6 años exactamente. Pero claro, ¿quién deja una lámpara encendida 6 años seguidos? Nosotros no, desde luego. Y bueno, año arriba, año abajo, lo más probable es que nunca necesites otra luz para tu mesita de noche.
¿Y lo de los imanes? Ahora vamos, ahora vamos. Los imanes son la salsa de esta lámpara, pues son su interruptor. Basta con acercar las dos bolitas entre sí y la física hará el resto. ¿Que la quieres apagar? Pues toca separar las dos bolas imantadas, así de simple, así de moderno. Y, encima, quedan de vicio en cualquier casa, apartamento o estudio. Pero claro, con ese diseño tan fácil de encajar en cualquier lado, ¿cómo iba a no hacerlo?